Los principales síndromes infantiles

Es un axioma de la pediatría que los niños no se pueden tratar como pequeños adultos y esto es así porque sus órganos y sistemas bioquímicos todavía se encuentran en formación. Por ejemplo, es muy habitual que la dosis a administrar dependa del peso del niño, y esto implica, en muchos casos, la necesidad de incorporar al medicamento un sistema que permita una correcta dosificación.

Un aspecto a tener en cuenta es que los niños son caprichosos con los sabores. Por eso, en el desarrollo y la innovación de estos medicamentos tiene un componente muy destacado la palatabilidad, es decir, conseguir sabores en sus medicamentos que gusten a los niños y así facilitar que se cumpla el tratamiento. Finalmente, es importante la figura de los padres: los principales síndromes infantiles suelen cursar con síntomas muy aparatosos que suelen asustar a los progenitores, como la fiebre alta, la tos, los vómitos o la diarrea. Así, tan importante es que el niño se tome su medicamento como que los padres comprueben que no sufre al tomárselo (sabor) o no se equivoquen al administrárselo.

Fiebre

Es el principal motivo por el cual los niños van a urgencias. La fiebre es un síntoma muy precoz en los niños y un indicador muy sensible de que hay un proceso infeccioso o un desajuste de cualquier otra naturaleza, por ejemplo digestivo, deshidratación, etc. El niño es el primero en notarlo y muestra desasosiego, pero no puede explicar lo que le pasa, como los adultos, por eso la primera reacción de los padres es de alarma y de preocupación. Por fortuna el pediatra sabe que en la mayoría de casos basta con hacer bajar la fiebre e instaurar medidas complementarias. Básicamente hay dos tipos de medicamentos antipiréticos: el paracetamol (uno de los medicamentos más usados y seguros para los niños; actúa de forma muy rápida y su dosis dependerá del peso del niño) y el ibuprofeno (también es un antitérmico muy eficaz), pero debe administrarse cuando hay inflamación; la dosis más habitual es de 20 mg/kg de peso cada 6-8 horas. Tal como indica en el prospecto, es importante no administrarlo en ayunas. A causa de su acción antiinflamatoria, la administración en casa de ibuprofeno ante los primeros síntomas de fiebre puede enmascarar la causa que origina la fiebre y dificultar así el diagnóstico del pediatra. Por eso es preferible administrar paracetamol como antitérmico en estas circunstancias, y que sea el pediatra quien decida después lo más adecuado.

Diarrea

Es también uno de los principales motivos de atención en urgencias pediátricas. La diarrea puede tener diversas causas, aunque la más común es de origen vírico. Aunque entre nosotros se acostumbra considerar un síndrome menor y autolimitado (es decir, cesa espontáneamente), es la principal causa de mortalidad infantil en los países en vías de desarrollo.

Independientemente de la causa, que debe ser el médico quien la diagnostique y determine el tratamiento adecuado, la complicación más frecuente es la deshidratación que puede producir; así, en caso de diarrea, debemos vigilar que el niño esté bien hidratado. Son signos de deshidratación la ausencia de orina, la ausencia de lágrimas, la piel y la boca secas y los ojos hundidos, un estado de ánimo de decaimiento, tendencia al sueño, fiebre alta no controlada con paracetamol, presencia de sangre roja en excrementos; si se observa alguno de estos síntomas, hay que ir al médico.

Cuando la diarrea ataca, lo que se debe hacer es, en primer lugar, corregir la deshidratación o prevenir que aparezca. Para ello debe administrarse la llamada solución de rehidratación oral, que son preparados con una composición equilibrada en sodio y glucosa que garantizan una correcta hidratación. La OMS recomienda que estas soluciones incorporen zinc, ya que de esta manera se contribuye a disminuir la duración de la diarrea.

Una vez corregida la deshidratación debe reintroducirse de forma gradual la alimentación. Consulta a tu médico qué alimentos son los más adecuados en esta fase. Suelen estar desaconsejados la leche, las frutas y verduras crudas, las verduras de color verde (acelgas, espinacas, lechuga...), las carnes y los pescados muy grasos, los frutos secos, las salsas, los dulces, los caramelos o el chocolate. Se consideran alimentos recomendados en esta fase las sopas (arroz, pescado, zanahoria...), los purés de patatas, el pescado blanco, la carne de ave hervida o a la plancha y el yogur. Finalmente, se debe seguir bebiendo esta solución de rehidratación oral (por ejemplo un vaso después de cada deposición) hasta finalizar el proceso diarreico, para evitar la deshidratación.

Tos

La tos es otra de las principales causas para ir al servicio de urgencias pediátricas,tanto por la aparatosidad que comporta en niños como por las molestias que les ocasiona. No obstante, toser es una forma importante de mantener la garganta y las vías respiratorias limpias o permeables. No obstante, una tos excesiva puede significar que hay una enfermedad o un trastorno subyacente. A veces, la tos puede ser seca, mientras que otras veces se considera productiva, en la cual se expulsa moco, también llamado flema o esputo. La causa más común es por una infección reciente de las vías respiratorias, por ejemplo el resfriado común y la gripe.

Aunque la tos puede ser un síntoma problemático, generalmente es una forma natural de nuestro organismo para solucionar un problema. A continuación se presentan algunos consejos para ayudar a aliviar la tos: utilizar un vaporizador o tomar una ducha de vapor (las dos cosas incrementan la humedad en el aire y pueden ayudar a aliviar una garganta seca); tomar muchos líquidos, ya que éstos ayudan a diluir el moco en la garganta y facilitan la expectoración. El uso de medicamentos para aliviar la tos debe ser recomendado por el médico o el farmacéutico, especialmente en los niños.